La crisis financiera que sacude desde el 2008 a los países de la OCDE, y particularmente ahora a los de la periferia europea, se está intentando resolver mediante ideas extendidas por la reformulación neoliberal del capitalismo a partir de los años 70. Un pensamiento que surgió ante ciertas alarmas encendidas en el que parecía imparable crecimiento de la economía norteamericana.
Desde entonces, las medidas económicas aplicadas en Estados Unidos se han convertido en el modelo a imitar por los países que quieren seguir en la cresta de la ola del desarrollo capitalista. Éste fue el espejo en el que se miraron los socialdemócratas alemanes para reformar su estado del bienestar, y constituyen la 'dura pero necesaria medicina' que se quiere implantar en los estados deudores del sur de Europa, a imagen y semejanza del éxito germano. También fue el modelo que inspiró los acuerdos económicos que se trató de imponer a los países de América Latina.
Todo esto tendría su lógica si desde los años 70 los indicadores económicos de Estados Unidos mostraran claros síntomas de mejora en factores esenciales para el bienestar de amplios sectores de su ciudadanía. Pero no parece ser así. Al menos, eso es lo que resume un artículo de Dídimo Castillo Fernández, profesor de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, aparecido en 2007 -punto álgido de la bonanza económica reciente- bajo el título Hegemonía y modelo laboral de Estados Unidos, en Crisis de hegemonía de Estados Unidos de Marco A. Gandásegui ( México: Siglo XXI ed., 2007). El profesor Castillo llamaba la atención sobre aspectos muy reveladores, y alarmantes, de ese modelo.
Desde entonces, las medidas económicas aplicadas en Estados Unidos se han convertido en el modelo a imitar por los países que quieren seguir en la cresta de la ola del desarrollo capitalista. Éste fue el espejo en el que se miraron los socialdemócratas alemanes para reformar su estado del bienestar, y constituyen la 'dura pero necesaria medicina' que se quiere implantar en los estados deudores del sur de Europa, a imagen y semejanza del éxito germano. También fue el modelo que inspiró los acuerdos económicos que se trató de imponer a los países de América Latina.
Todo esto tendría su lógica si desde los años 70 los indicadores económicos de Estados Unidos mostraran claros síntomas de mejora en factores esenciales para el bienestar de amplios sectores de su ciudadanía. Pero no parece ser así. Al menos, eso es lo que resume un artículo de Dídimo Castillo Fernández, profesor de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, aparecido en 2007 -punto álgido de la bonanza económica reciente- bajo el título Hegemonía y modelo laboral de Estados Unidos, en Crisis de hegemonía de Estados Unidos de Marco A. Gandásegui ( México: Siglo XXI ed., 2007). El profesor Castillo llamaba la atención sobre aspectos muy reveladores, y alarmantes, de ese modelo.