Un teniente coronel me dijo una vez que
“una guerra no es más que una interminable cantidad de
sufrimientos”. Nunca he
encontrado definición más precisa. Cualquiera de los conflictos
que estudiamos permite explorar múltiples dimensiones del horror.
Otra cosa es que, cuando se reconstruyen, la historia política y
militar, la literatura o el cine lo reduzcan a un simple
enfrentamiento entre dos bandos.
Los
mitos patrióticos son los que suelen encubrir en mayor medida el
complejo mundo de causas y consecuencias que provocan las guerras. La
invasión napoleónica de España generó una gran cantidad de estos
mitos. El pueblo alzado en armas contra el invasor es siempre una
imagen atractiva, que legitima casi todas las violencias. La
'guerrilla', ese supuesto invento español, encaja muy bien con los
tópicos sobre la Península Ibérica, siempre dramática y
anarquizante. Hace tiempo que tenía ganas de leer el libro de
Charles J. Esnaile España contra Napoleón. Guerrillas, bandoleros y el mito del
pueblo en armas. Barcelona:
Edhasa, 2006 (edic. orig. 2004),
donde la lectura atenta de documentos y memorias -que siempre han
estado disponibles- permite una revisión radical de lo que sucedió
y la manera de entender este conflicto.