Lo único que aprendemos de la historia es que no aprendemos de la historia (Hegel)

sábado, 15 de septiembre de 2012

La crisis del siglo XVI

Si, no ha habido un error tipográfico en el título. Ya se que, hablando de crisis seculares, la del XVII se lleva la palma, y pocas veces ha habido un largo periodo de trazos tan oscuros como este. En comparación, el XVI y el XVIII parecen tiempos felices, de plenitud y desarrollo. Pero vivimos en un mundo de luces y sombras, y el 'crecimiento' siempre es relativo, en función de la distribución que se haga de sus beneficios.

Aunque numerosos autores han venido señalando las contradicciones del 'afortunado'siglo XVI, fue Peter Kriedte quien indicó con más claridad hace algunos años los elementos problemáticos de esta etapa y las transformaciones que introdujo a largo plazo en el panorama económico del continente. Estos días estuve releyendo su obra clásica Feudalismo tardío y capital mercantil. Líneas maestras de la historia económica europea desde el siglo XVI hasta finales del XVIII. (Barcelona: Crítica, 1990; edic. orig. alemana, 1980) dedicada al estudio de la protoindustrialización y la acumulación de capital en Europa durante la edad moderna. Me he quedado con lo que -por mi riesgo y cuenta- denomino como 'crisis del siglo XVI',  por diversos rasgos que me hacen pensar en ciertas dificultades económicas actuales y las reacciones que tenemos ante ellas.
Desde un punto de vista cuantitativo, el 'Cinquecento' es uno de los grandes siglos europeos. La expansión por las tierras americanas y las costas africanas -con el primer esbozo de 'economía-mundo' que hemos mencionado en otras entradas-, el crecimiento de la población y de la producción agraria, la difusión por todo el continente del 'Renacimiento' italiano, las mejoras en las manufacturas, la llegada de los metales americanos y la mayor circulación de dinero, etc., etc. presentan un marcado contraste con la recesión demográfica y económica del siglo XVII.

Aplicando la metodología analítica marxista  a las estructuras productivas y financieras, Peter Kriedte se sirvió de los numerosos problemas que este 'crecimiento' comportaba para su estudio del progreso economico y la formación de capital en la sociedad europea tardofeudal. La población siguió aumentando tras los estragos de la Peste Negra, pero con una bajísima esperanza de vida, y presionó sobre la producción agraria que no conocía avances tecnológicos significativos, Así,  los cultivos debieron extenderse por terrenos marginales. Dada la creciente demanda de cereales, el incremento de los costes de producción en estas tierras de baja calidad suponía un sobreprecio que se trasladaba al conjunto de los productos alimenticios, ya que todo se vendía lo más caro posible. La inflación -que para el autor no fue tan solo provocada por la abundancia de oro y plata, sino por la deficiente estructura productiva- redujo drásticamente el valor de las rentas señoriales, y los terratenientes quisieron recuperarlo mediante diversos mecanismos que buscaban extraer más parte de la renta agraria en su beneficio.

Los campesinos no podían desviar en su favor el incremento de los precios agrarios ya que estaban sometidos a una triple presión: la de sus señores -que incrementaban los precios de entrada y arriendo, o que trataban de aumentar las tierras gestionadas por ellos mismos-, la del estado monárquico -que introducía nuevas y fuertes imposiciones-, y su propio crecimiento demográfico que reducía el margen de subsistencia.

Es sabido que las respuestas a estas situaciones fueron diversas. En gran parte de Europa occidental se profundizó en la monetarización de las relaciones agrarias y en la producción para el mercado. En el Este, más allá del Elba, en cambio, los señores prefirieron explotar directamente sus tierras y reforzar la servidumbre de sus campesinos, obligados a trabajar hasta seis dias a la semana las tierras del señor. Este modelo productivo sólo fue rentable gracias a las masivas exportaciones de cereal hacia occidente, a través del Báltico. El comercio de exportación no enriqueció a las sociedades de Brandemburgo, Polonia o Rusia, sino que las empobreció. Mientras la nobleza terrateniente obtenía unos crecientes ingresos, la gran masa de población quedó fuera del mercado, sometida al trabajo servil y a una economía de subsistencia; las manufacturas decayeron y el comercio interno -y con él las ciudades- también. El gran reino de Polonia, por ejemplo, quedó relegado a la condición colonial de un territorio exportador de materias primas baratas hacia los países centrales del sistema, autoexplotado por su propia clase dirigente que se enriquecía en medio de este panorama. En Inglaterra y Holanda, por el contrario, se optó por intensificar la producción, privatizar los campos mediante los cercamientos y entregar las tierras a grandes arrendatarios. Inglaterra, en particular, vio crecer su producción gracias a la venta de tierras del clero tras la Reforma y al sostenimiento de la demanda de lana, que posibilitó mantener la alternancia de cultivos y el abono de los campos.

Todo confluyó en una polarización de la sociedad rural. "La formación de una capa de productores agrarios con poca o ninguna tierra no puede atribuirse solamente al crecimiento de la población; no menos importante era el proceso de acumulación [de tierras] que afectó a la sociedad campesina (...) Si bien la servidumbre se había debilitado [en el oeste] desde fines del siglo XV, la situación económica de los campesinos no se había distendido sino empeorado a causa del aumento de la presión interna y externa (...) Surgió una multitud de pequeños terrenos y las fincas a veces se dividieron."

Las manufacturas iniciaron su extensión por el campo, para aprovechar la mano barata disponible. Pero el incremento de los precios agrícolas castigó duramente la demanda del sector secundario, y contribuyó a mantener esta fuente de empleo en niveles bajos. El capital comercial y financiero fue mucho más importante en la época que el capital industrial. Esto favoreció que las inversiones se dirigieran hacia la especulación en el comercio de alimentos, las rentas fijas, sobre todo del estado, e incluso el retorno a las compras de tierra, que proporcionaba ingresos y el prestigio asociado a la condición de terrateniente.

Las capas más bajas de la población aumentaron en las ciudades en mayor proporción que la población total, y los pobres llegaron en algunos lugares de Francia o Inglaterra a un tercio o incluso la mitad del total. En cambio, "los grupos económicos principales, especialmente los comerciantes, participaban del auge ymejoraban su posición en términos relativos y absolutos (...) En Inglaterra, mientras que entre 1540 y 1640 la población total sólo se duplicó, las clases superiores se triplicaron. La experiencia de estar en manos de gente que se apropiaba de su fuerza de trabajo comenzaba a marcar la conciencia de muchos pequeños artesanos y trabajadores asalariados". Como es conocido a partir de los estudios de Bronislaw Geremek y sus numerosos continuadores, la reacción de las clases propietarias ante el incremento de la pobreza fue culpabilizar a quienes estaban sin recursos, aduciendo que se hallaban en dicha situación por su vagancia. Sobre todo en las nuevas sociedades protestantes, la caridad debía ir unida a la exigencia de que se ganaran el pan, en talleres públicos que pronto se convirtieron en cárceles de asilados sometidos a trabajo forzado.

En resumen, para el autor las consecuencias del ciclo económico no fueron debidas a factores externos -la población, la tecnología, los descubrimientos geográficos...- sino fundamentalmente a la estructura social -el feudalismo tardío- que encuadraba la producción, y a las diferentes posibilidades de cada grupo social para responder a unas transformaciones que provocaban situaciones críticas. Como buen marxista, Kriedte considera que, aunque injustas, estas situaciones tuvieron una vertiente positiva, al posibilitar la acumulación de capital, el desarrollo de las fuerzas productivas y la quiebra del feudalismo. El problema es que no explora alternativas a este desarrollo -da por supuesto que no eran posibles- y que el capitalismo no ha terminado feneciendo por ahora víctima de parecidas contradicciones, como profetizaba la ortodoxia académica del Este, lo cual daba sentido a su optimismo histórico.

Aunque las diferencias del siglo XVI con la actualidad son evidentes, cuando leo en la prensa que, en un contexto de crecimiento demográfico mundial y gran capacidad productiva, la especulación financiera está a punto de provocar una nueva crisis alimentaria global, que los intercambios industriales se estancan, o que algunos alcaldes o incluso el gobierno español pretenden que sea obligatorio para los perceptores de ayudas sociales realizar trabajos comunitarios a fin de demostrar que se ganan aquello que reciben de la sociedad, me suena todo de algo. Es lo que tiene la Historia.

14 comentarios:

  1. Y de hecho el estado hispano de los Austria tuvo varias bancarrotas en el siglo XVI. Cataluña, por su parte, no se recupera de la gran crisis del XIV hasta bien entrado el XVI. Buen artículo.

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    1. "buen articulo"... es un asco de articulo quien lo hizo en vez de poner tanto su opinion devio poner mas informacion prezisa no esa qe no se entiende nada...

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  2. esto es tonto y cansado me aburroooooo :P

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    1. te apoyo amigo

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    2. esto no es tonto imbecil... aburrido si por ke el weon de arriba en vez de poner informacion puso su opinion cuyo ami me da asco... skejfsnkjdf

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    3. para criticar hay que saber escribir, a mi me parece buen articulo

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  3. haber yo solo quiero crisis siglo XVI si nos vas a ayudar ve poniendo bn y si no ve avisando

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  4. da pereza leer todo eso

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    1. flojo de mierda pero igual no vale la pena es un asco este articulo

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  5. a mi no me interesa tu opinion sobre la crisis del siglo XVI me interesa la informacion... si vas a poner en una pagina "crisis del siglo XVI" pone la informacion justa y precisa o si no larga pero buena... leei tu informacion y no se entiende si qieres ayudar ayuda bien por ke o sino no... a mi me mandaron una tarea qe consistiaa en explicar las causas y concecuencias del siglo XVI en relacion a la crisis... porfa el qe me pueda dar informacion gracias... Ismael Almazán qien es el qe publico la informacion de arriba suicidate please... eso me inspire

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  6. no he leido el articulo pero por lo que dicen los pinche pendejos pelotudos de los comentarios, debe ser una mierda asique paso de leerlo

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  7. Buen artículo. Corto pero esencial. marca las líneas económicas y sociales que realmente influyeron en el desarrollo del estado moderno.

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