Ahora que los levantamientos pacíficos y populares exigiendo democracia se han puesto a la orden del día en todo el planeta, no está de más repasar las características de sus antecedentes históricos. Inadvertidamente, el tipo de protestas pacíficas que impulsó el hundimiento del régimen soviético y sus satélites se ha ido extendiendo en el tiempo y el espacio, lo vemos en las protestas contra políticas dictatoriales o pseudemocráticas en Asia, América Latina, y el norte de África, enlazando con el auge de los 'indignados' en Europa o Estados Unidos. Algunas de estas acciones han conseguido derribar regímenes o encumbrar a sus líderes, otras no, y las de los países más ricos no consiguen cuajar de momento una alternativa sólida que de cauce a sus reivindicaciones.
Todas estas situaciones no es la primera vez que se presentan en la historia, tal como vamos viendo en este blog. Las formas cambian, y mucho, aunque los objetivos resulten con frecuencia similares. Y de la comparación podemos extraer seguramente algunas reflexiones sobre los aspectos positivos y negativos del ejercicio de la democracia, las diferentes maneras de entenderla o las casi infinitas formas de vehicularla.
Fue Geoffrey Parker quien señaló que también en los ejércitos del Antiguo Régimen podemos encontrar formas de actividad polítíca. Incluso considerando a los mercenarios profesionales como una importante 'fuerza de trabajo' de la Europa preindustrial. Considera los motines militares en reivindicación de los atrasos en las pagas o condiciones disciplinarias más dignas, como 'huelgas' específicas de su sector labotal. En esta línea, un artículo de Maarten Prak, profesor de la Universidad de Utrecht nos acerca a un ejemplo mucho más claro de participación política de elementos sociales a caballo entre lo civil y lo militar, en su artículo "Milicia cívica y política urbana en Holanda: Leiden, siglos XVII y XVIII", publicado dentro del volumen colectivo
Las milicias del rey de España. Sociedad, política e identidad en las Monarquías ibéricas, coordinado por José Javier Ruiz Ibáñez (Madrid: Fondo de Cultura Económica, 2009)